Eduardina se incorporó de un salto, el sol lucia radiante y le iba ha resultar difícil mantener la calma hasta la hora del concurso, corrió por el pasillo hasta la cocina llamando a su madre, esperaba encontrarla en la cocina calentando la leche y huntando el pan con deliciosa mantequilla, su emoción se esfumó.
--¡Mamá!, --volvió a gritar--.
--¡Papá!,--grito de nuevo, con la voz rota--.Un mal presentimiento se le alojó en el estomago y las lágrimas acudieron raudas a sus ojos, llorosa e insegura, sus pasos inconscientemente la llevaron al granero.
El caos en ese lugar era absoluto, las herramientas yacían rotas y tiradas por todas partes, como si un ciclón se hubiera producido en su interior, emprendió una carrera enloquecida hacia el campo de calabazas, a su cabeza acudió el recuerdo de hace apenas unos meses atrás, el extraño anciano que llamó su atención en el camino de vuelta del colegio y su inquietante advertencia, a la cual ella no dio importancia.
--¡Niña!,--dijo con voz cavernosa--, ¡Recuérdame, te pediré, la tercera luna¡.
Cogió las semillas y se olvido del ser que daba tanto miedo, este año ganaría el concurso.
El grito se le ahogo en la garganta, sus padres yacían desangrados abrazados a las gigantescas calabazas.
El caos en ese lugar era absoluto, las herramientas yacían rotas y tiradas por todas partes, como si un ciclón se hubiera producido en su interior, emprendió una carrera enloquecida hacia el campo de calabazas, a su cabeza acudió el recuerdo de hace apenas unos meses atrás, el extraño anciano que llamó su atención en el camino de vuelta del colegio y su inquietante advertencia, a la cual ella no dio importancia.
--¡Niña!,--dijo con voz cavernosa--, ¡Recuérdame, te pediré, la tercera luna¡.
Cogió las semillas y se olvido del ser que daba tanto miedo, este año ganaría el concurso.
El grito se le ahogo en la garganta, sus padres yacían desangrados abrazados a las gigantescas calabazas.
FIN
Vamp.
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